Zuleta, Rangel y Julio se bañan de oro en el boxeo nacional
Duván Zuleta en la categoría ligero masculino (60kg), Alexánder Rangel en la categoría Welter Masculina (69kg) y Deivis Julio Blanco en pesado masculino (91kg), subieron a lo más alto del podio.
El boxeo bogotano se viste de oro en los Juegos Nacionales 2019
Bogotá 24 de noviembre de 2019(IDRD) la capital del país se colgó tres preseas doradas en el boxeo de los Juegos del Bicentenario, demostrando dominio y crecimiento en un deporte en el que no era fuerte hace años.
Zuleta un rolo” dedicado al boxeo
Antes de iniciarse como pugilista, vivía jugando fútbol en cuanta cancha encontrará. Un día un profesor lo invitó a que conociera el boxeo y se enamoró. “Empecé a ir porque era gratis, no tenía que pagar y eso en mi casa era una gran ayuda. Después cada entrenamiento me iba envolviendo y lo agradezco, ahora mire lo que soy”, señala Zuleta.
Duván Zuleta es un bogotano apasionado por el boxeo, tiene 21 años y lleva siete dedicado a su gran pasión.
Sus inicios y primeros golpes los dio en el Coliseo Cayetano Cañizares de Kennedy ahora sud entrenamientos los realiza en la Unidad Deportiva El Salitre.
Para Duván no todo ha sido fácil en esta disciplina, han llegado los altibajos y las lesiones, pero de cada caída ha aprendido a levantarse. “En esta vida no todo es color rosa, me han roto la ceja, fracturado la mano, lesionado, varias veces me han quitado finales por decisiones que no dependen de mí o de mi talento. Gracias a Dios ganamos un oro súper importante, el de mis primeros Juegos Nacionales”, aseguró el pugilista.
Con este triunfo a Duván, se le llena el alma y el espíritu, ahora sueña en grande “Viene una convocatoria a Selección Colombia, aspiro a ser llamado para mostrar mi talento y hacerme cada vez más fuerte en el cuadrilátero”, señala el bogotano.
Zuleta vive agradecido con el apoyo que ha recibido en Bogotá para poder vestir los colores de la capital y representarlo en competencias “Ha sido muy importante la ayuda del Alcalde Peñalosa y del director del IDRD en estos años. Para llegar a estos Juegos Nacionales tuvimos una preparación internacional durísima, estuvimos en Puerto Rico, Estados Unidos y República Dominicana, fueron dos largos meses lejos de la familia por darlo todo por la ciudad”, comenta el deportista.
Duván sabe que la exigencia es diaria para alcanzar las metas que se propone, entrena dos veces al día, aguanta hambre muchas veces para lograr su peso ideal, se restringe de uno que otro pecadito, como él lo llama, pasa horas enteras en el gimnasio, lejos de su familia. “Todo lo hago por ser quien soy, quiero ser el mejor deportista, quiero ser campeón olímpico y mundial, quiero ser el orgullo de mis padres y de Bogotá”, asegura Zuleta
Un talento TEC
Duván comparte su vida y sus logros con esos nuevos deportistas que inician en el boxeo a través del programa Tiempo Escolar Complementario con niños y niñas de colegios distritales que quieren salir adelante con la formación deportiva. “Es un orgullo muy grande vestir los colores de mi ciudad y poderle devolver como formador de tantos niños algo de lo que me han dado todos estos años. La capital tiene muchos jóvenes fuertes en el boxeo, hay talento para rato”, asegura el pugilista.
Reto profesional
Duván espera poder sacar tiempo en medio de los entrenamientos para finalizar su carrera como tecnólogo en entrenamiento deportivo del SENA.
Con el dinero de la medalla obtenida en los Juegos y unos ahorros aspira a que le aprueben un crédito para tener su casa propia.
Rangel, una vida construida en el deporte
Alexánder Rangel tiene 21 años y 11 de ellos, dedicados al boxeo.
Con tan solo 14 años decidió dejar su tierra, su hogar y su familia, para buscar su futuro en la gran Bogotá.
“Vivía en Lorica, Córdoba, decidí dejarlo todo por mis sueños, gracias a Dios Bogotá me abrió las puertas y mira lo que soy ahora, un campeón”, comenta Rangel.
Su infancia no fue fácil, vivía en el barrio Puerto Rico, como él asegura, un lugar caliente y lleno de vicios donde la gente se perdía fácilmente en el consumo. “Mi familia está muy contenta por mis logros, yo no fui criado en un ambiente ‘pupi’, como dicen por ahí, me pude perder en la droga pero me decidí por el deporte y valió la pena” asegura el pugilista.
Rangel por primera vez se vistió de amarillo y rojo para representar a Bogotá en unas Justas Nacionales y está satisfecho con su objetivo cumplido, el oro.
“La carrera boxística es dura, tengo que dejar de comer lo que me gusta por estar cuidándome para ser campeón. No hay arepa de huevo, pescado frito, patacón ni arroz que puedan hacer parte de mi dieta, tengo que estar en el gimnasio entrenándome si quiero ser el mejor”,señala Alexánder.
Amor por Bogotá
Este cordobés le debe todo a Bogotá. “Es difícil dejar la casa tan pequeño para buscar un futuro en la capital, pero encontré el apoyo de Alexánder Brand y del IDRD, ellos me acogieron y me fueron forjando. Desde los 18 años integro la Selección Colombia y llevo cuarto representando a Bogotá, quiero traerme a mis hermanitos para que también lo hagan”, asegura Rangel.
Para él, el deporte es sinónimo de triunfo, lo hizo una persona con sueños y aspiraciones, le dio a sus mejores amigos y una oportunidad para salir adelante. “A los niños les digo que el deporte cambia vidas y hace personas, vale la pena apostarle a una vida lejos de los vicios y la violencia. Se vale soñar”, señala el pugilista.
Por ahora Rangel seguirá demostrando todo su talento para alcanzar su sueño dorado: bañarse de oro en Tokio 2020.
Deivis Julio, talento tipo exportación
Nadie hubiera imaginado que aquel niño que recorría las calles de María la Baja, Bolívar, con tan solo 10 años y víctima de los golpes de sus compañeros en la escuela, llegaría a ser uno de los mejores pugilistas nacionales.
Con 38 años de edad y más de 20 dedicados al boxeo, Deivis Julio Blanco se vistió de dorado en su tercera participación por la capital en Juegos Nacionales. Lleva 14 años representando a Bogotá.
Deivis Julio Blanco
Muchos pensarían que desde pequeño amó el boxeo, pero no, por necesidad aprendió. “Yo estudiaba y una vez me golpearon en la escuela, estaba cansado de eso y le dije a mi papá que quería ser boxeador para desquitarme y desde los 10 años entré a conocerlo y practicarlo”, asegura Blanco.
Deivis inició su carrera deportiva en San Onofre, Sucre, en esa misma ciudad decidió colgar los guantes, no vivía fácilmente de su disciplina y los momentos difíciles aparecieron. Decidió dejar pasar sus sueños.
Pero la vida le tenía una sorpresa reservada, su talento y sus condiciones deberían salir a la luz y aprecio un ángel que cambio su suerte. “Un día Rafael Iznaga, actual entrenador de la Selección Colombia, me vio y me llamó a representar a Bogotá, él le dio un giro a mi vida”, comenta Deivis.
Dentro de sus anécdotas recuerda cómo un día en Juegos Nacionales enfrentó a Alexánder Brand, quien lo derrotó,hoy lo tiene de entrenador “Es un orgullo estar al lado de ese talento, que me entrene, me aconseje, lo conozco y el a mí”, señala Blanco.
Dentro de sus logros se destacan campeonatos Centroamericanos, Suramericanos, olimpiadas como las de Beijing y ahora le apuesta a Tokio 2020. “Quiero clasificar y traerme la dorada, ese es mi sueño”, comenta el boxeador.
Apoyo de primera
La familia de Deivis Julio es su pilar, su motor. Sus partes, esposa y sus tres hijas son su mayor debilidad. “No es fácil la carrera boxística, es de altas y bajas. Lo más difícil es estar lejos de las personas que amas pero eso te llena de valor en el cuadrilátero para darlo todo por ellos”, argumenta Blanco.
Este boxeador por adopción bogotano, señala que es importante la preparación física pero también la mental para forjar campeones, una fortaleza para imponerse al rival.
Finalmente el hombre de María la Baja les deja un mensaje a todos los niños que quieren salir adelante a pesar de las adversidades. “ Si les gusta el deporte les digo que sueñen. Es la mejor manera para alejarse de los vicios, de la droga y de la violencia. Acá se puede ser alguien en la vida. Estoy orgulloso de lo que soy, de mi talento y de mis triunfos. El boxeo me dio un futuro y me hizo más fuerte”, asegura el campeón.
El IDRD entrega un balance positivo, destacando el comportamiento ciudadano y la articulación institucional para garantizar una experiencia ejemplar para los visitantes.